Este será el reencuentro de Joaquín con una tierra que siempre lo recibió con los brazos abiertos y que lo convirtió en parte de su propia identidad cultural. Desde aquel joven que tocaba en las estaciones del metro londinense hasta el ícono que llenó recintos como el Luna Park y la Bombonera, Sabina tejió un vínculo especial con el público argentino. No es casualidad que su despedida incluya un maratón de presentaciones en Buenos Aires, donde sus canciones, ya himnos urbanos, encontrarán una vez más el eco de miles de voces que hicieron suyas las historias del Flaco.
En HOLA Y ADIÓS, Sabina cuelga el bombín y su guitarra viajera para despedirse con un espectáculo que promete ser tan inolvidable como su trayectoria. Serán más de dos horas donde clásicos como 19 días y 500 noches, Peces de ciudad y Quién me ha robado el mes de abril sonarán con la fuerza de lo eterno, en un adiós que tiene más sabor a agradecimiento que a nostalgia. Es que para el cantautor, este cierre es también un círculo perfecto, una forma de dejar sobre el escenario lo mejor de su vida y su arte.
Mientras tanto, el reloj avanza y los fanáticos argentinos ya cuentan los días para reencontrarse con el poeta del bombín. Falta muy poco para que Sabina haga su entrada triunfal en Buenos Aires, donde, como siempre, las noches se teñirán de carmín, humo y aplausos, en el que promete ser el último baile de un artista que nunca dejó de escribir canciones que son parte de nuestra historia.
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