Placebo, la banda de rock alternativo británica vuelve luego de 10 años a la Argentina para realizar su quinta presentación esta vez, en el mítico Estadio Luna Park con producción de Fenix Entertainment.
PLACEBO está considerada una de las bandas más importantes del rock alternativo de todos los tiempos. Desde que se formó en 1994 han editado álbumes repletos de temas icónicos que forman parte ya de la banda sonora de varias generaciones. Ícono y referente musical que se mantiene vivo gracias al carisma de Brian Molko y Stefan Olsdal.
Su mezcla de elementos rock, postpunk y gótico crean una experiencia sonora inquietante y liberadora, desatando una influencia que continúa resonando en quienes exploran los rincones más oscuros de la psique humana a través de la música. Son los supervivientes del romanticismo de principios de siglo, con canciones como “The Bitter End“, “Every Me and Every You” o “Without You I’m Nothing”, que cautivó a David Bowie.
Cuando comenzaron a trabajar en “Never Let Me Go” en el 2018, fue como si la banda hubiera vuelto al punto de partida, con Brian y Stefan, sólo que hoy un poco más sofisticados y un poco más de experiencia avalada por una carrera de casi 30 años y más de 13 millones de discos vendidos. "Entre las giras", recuerda Molko, "nos encontrábamos allí periódicamente y debatíamos cosas como, 'Ahora solo somos tú y yo en el estudio, ¿deberíamos hacer un disco que suene diferente a lo que hemos hecho antes? ¿Y programar todas las baterías nosotros mismos?"
La insatisfacción perpetua de Brian con todo lo que ha creado antes lo llevó a buscar nuevas formas de trabajar, con una lógica casi fuera de la caja. "Yo tengo un gran problema de aburrimiento", explica. "Si volviéramos al mismo proceso exacto, pensé que me aburriría bastante rápido. Así que decidí hacer todo al revés, solo para mantener el proceso interesante para mí, abordar todo desde el ángulo opuesto, para evitar aburrirme y repetirme. Entonce pensé, ¿Cuál es la última cosa que creamos artísticamente cuando estamos haciendo un disco? Es la portada del álbum. ¡Ok, empecemos con la portada del álbum!'"
Molko tenía una imagen en mente, se la mostró a Olsdal, le contó la historia, y acordaron que debería ser la obra de arte del álbum, de manera algo poco convencional, antes de finalizar una sola nota de música. Molko luego produjo una lista de títulos de canciones supuestos que había escrito durante los últimos cinco años, que incluían 'Happy Birthday In The Sky', 'Beautiful James' y varias otras de la futura lista de canciones, y esas canciones fueron escritas según los títulos.
Una vez que las cosas se habían puesto en marcha de la manera "menos conceptual y más práctica", dice, "esa forma inversa de trabajar se desvaneció", y todas las habilidades, tanto innatas como adquiridas, de este dúo indestructible para construir una pieza musical colosal y desgarradora, entraron en juego con fuerza.
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